lunes, 10 de julio de 2017

Elocuencia muda... testigo de la historia... LA PIEDRA

Estamos frente "al material natural de elevada consistencia." La piedra. Pobre definicion.
Pues nuestro concepto, lo creemos más justo, dice más. Estamos frente al material discreto y silente, con mayor uso en la estetica y utilidad desde la aparicion del hombre, estableciendo las etapas de la Historia.
Machu Picchu - Perú

Coliseo Romano - Italia

Es ella la que se donó en el paleolítico para sus primeros utencilios, y como no mencionar las cavernas, las cuevas, las primeras civilizaciones; burdas y rudimentarias.

Pero sigamos avanzando en la historia, y la encontramos ya tallada, ya acomodada, luciendo cada vez más su mejor cara, e incluso la encontramos bajo la fascinante belleza de las llamadas "preciosas".

Se habla de la "primera piedra" cuando se inicia un edificio independientemente de la magnitud, y es lógico desde sus cimientos hasta el ultimo soporte del mismo, incluyendo los más altos rascacielos, la tendrán presente, incluso en sus más sofisticados derivados (cemento).

Cómo no rendirnos ante la piedra si su versatilidad nos lleva a través de la Historia, desde el Palacio bajo la montaña de la India a Cappadocia, en Turquía.

La veremos en el misticismo, de los templos, de las pirámides de Egipto o Machu Picchu en Perú, o en las fortalezas desde la más pequeña hasta la Muralla china. La encontramos en las Montañas Rocosas del Colorado en Estados Unidos, y también en una villa romántica en el Chianti de la Toscana en Italia.

Y la encontramos esculpida en las Moái de la Isla de Pascua, hasta en las más geniales estatuas de Miguel Ángel y todas las similares en los museos históricos del orbe.
David - Miguel Angel
Moái - Chile
Pueden escapar a la perennidad los árboles, animales o cualquier otro vestigio de vida pasada, pero ella; La Piedra, estará allí a través de la Historia incólume, con su aparente frialdad pero con el corazón caliente lista para cobijar inmejorablemente segura.



La "preciosa" codiciada para la mejor joya, se lucirá en diadema o en Sagrada Reliquia.

La piedra es generosa, no presume, porque conoce su valor. Su muda elocuencia arrolla la Historia.
Mayor testigo no se podría encontrar.

Basta con asomarse a sus viejos muros en distintas latitudes, para que nos cuenten fiestas palaciegas (Versalles), ritos sagrados, crímenes atroces (Coliseo romano); y ella allí oscura discreta, o blanca marmórea, albergará eternamente: la Historia.

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